Es tan triste pensar que un día,
quizá aun mañana, los árboles de la calle
allí dónde hoy los ves, allí permanecerán
y crecerán, mientras nosotros nos pudrimos.
Tanto sol, Señor, tanto sol
habrá en el mundo aun cuando nosotros no estemos;
cuantas estaciones, cuantas lluvias
resbalarán por los húmedos cabellos...
Y esta hierba también rebrotará,
y la luna no dejará de inclinarse
sorprendida, sobre el agua que de correr no cesará,
sólo nosotros no tendremos una próxima vez.
Y más extraño me parece que
se pueda encontrar tiempo para el odio,
aun cuando la vida no es más que una gota
que llena el espacio entre un minuto
y otro- y me parece tan incomprensible
y triste que el cielo no admiremos una y otra vez,
que no recojamos flores, que olvidemos sonreír,
nosotros, los que tan de prisa vivimos para morir.
Magda Isanos (Iasi-1916,-Bucuresti, Rumania, 1944)
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