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lunes, 8 de marzo de 2010

INTIMA

Tú no oprimas mis manos
Llegará el duradero tiempo
de reposar con mucho polvo
y sombra en los entretejidos dedos.

Y dirías: -No puedo
amarla, porque ya se desgranaron
como mieses sus dedos.
Tú no beses mi boca.

Vendrá el instante lleno
de luz menguada, en que estaré sin labios
sobre un mojado suelo.

Y dirías: -La amé, pero no puedo
amarla más, ahora que no aspira
el olor de retamas de mi beso.

Y me angustiara oyéndote,
y hablaras loco y ciego,
que mi mano será sobre tu frente

cuando rompan mis dedos,
y bajará sobre tu cara llena
de ansia, mi aliento.

No me toques, por tanto. Mentiría
al decir que te entrego
mi amor en estos brazos extendidos,
en mi boca, en mi cuello,
y tú, al creer que lo bebiste todo,
te engañarías como un niño ciego.

Porque mi amor no es sólo esta gravilla
reacia y fatigada de mi cuerpo,
que tiembla entera al roce del cilicio
y que se me rezaga en todo vuelo.

Es lo que está en el beso, y no es el labio;
lo que rompe la voz, y no es el pecho:

¡es un viento de Dios, que pasa hendiéndome
el gajo de las carnes, volandero!

4 comentarios:

Maya dijo...

Navegas en lo más íntimo, en aquellas profundidades de la piel, el alma, dentro de los sentidos que se nos despiertan al leer tus letras.

Bellísimo siempre!

DINOBAT dijo...

Vuelas eterna hacia la diversidad que nos promenten los sentidos...

Amaya Martín dijo...

Bello, pasional, desgarrador tu verso

Más de mil besos

Eva Magallanes dijo...

Que belleza Ferchu!!!, Amo a la Mistral, este poema es uno de mis preferidos. Es tan intensa y trágica.
Como ves estoy de vuelta, adolorida pero viva, con ganas de salir adelante. Gracias de corazón por tu compañía en estos tiempos adversos.
Ferchu, tengo un pendiente: escucharte en la radio. No creas que lo he olvidado.
Un beso!