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sábado, 27 de febrero de 2010

DESTINO


Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es anima de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos

3 comentarios:

Liz dijo...

Me gustó esta entrada Ferchu y tiene mucho de verdad.Un abrazo.liz

Maya dijo...

Me encantó es figura: " Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno!

El destino es lo que es y en estos últimos tiempos andamos matando lo que amamos en todos los aspectos.

Eva Magallanes dijo...

¡Que fuerza la de Rosario, que verdades desoladoras se atreve a pronunciar, que desmitificación más lúcida del amor... para amar hay que ser un valiente, sus caminos también transitan por la muerte!
un gran abrazo Ferchu!